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Vuelve Eduardo Mendoza con su loco detective

La actual crisis en la que estamos sumidos es la protagonista, casi única, de los informativos que vemos a diario en televisión. Podría aventurarme a decir que la amplia mayoría de noticias que aparecen están relacionadas con ella. Pero además de ser un grave problema internacional, en el caso de El enredo de la bolsa y la vida, último trabajo narrativo de Eduardo Mendoza, sirve de contexto donde se desarrolla la trama principal. La política vuelve a servir de inspiración literaria: durante el transcurso de la novela dirigentes ampliamente conocidos por todos como Angela Merkel o el alcalde de Barcelona (no dice el nombre, pero sí el cargo) se convierten en personajes caricaturitescos.
El escritor catalán vuelve al panorama literario nacional de la mano de su personaje más célebre. El famoso detective sin nombre y peluquero de señoras de profesión, al que ya vimos en El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y La aventura del tocador de señoras, regresa a la acción con la crisis de telón de fondo.
Tras declinar una proposición para delinquir de su antiguo compañero de manicomio, Rómulo el Guapo, el protagonista se embarca en una investigación cuyo objetivo es desarticular una red terrorista que pretende atentar contra la canciller alemana durante su visita a la Ciudad Condal. Para ello cuenta con la ayuda de una cuadrilla, cuanto menos surrealista, formada por la adolescente Quesito, el anticuado timador Pollo Morgan, el africano albino que trabaja de estatua humana en las Ramblas Kikijuli Kakawa “El Juli”, la revolucionaria y acordeonista callejera Moski, el repartidor de pizzas Manhelik y el señor Armengol, dueño del bar Se vende perro.
Eduardo Mendoza consigue una novela sencilla y sin muchas pretensiones, pero que atrapa al lector gracias a sus grandes dosis de humor y sátira. A lo largo de la historia moldea un retrato de la Barcelona actual, una ciudad en la que proliferan cada vez más los bazares chinos en detrimento de los comercios tradicionales, pero cuya convivencia pacífica puede resultar provechosa para ambas partes.
Cuatro pinceladas
La frase: Estadísticamente era improbable que en aquella birria de inmueble vivieran dos bombonazos.
El momento: Rómulo el Guapo se dispone a atracar una joyería del Paseo de Gracia, en Barcelona, pero por error se confunde y entra en una tienda de platos hechos y comida preparada.
El personaje: La canciller alemana Angela Merkel, que hace muchos muchos años, digamos en sus tiempos mozos, tuvo un desliz con un joven español llamado Manolito.
La anécdota: El autor, según ha declarado en más de una ocasión, empezó escribiendo otra novela, pero le salió ésta. Además, ha asegurado que la idea surgió cuando paseando por Barcelona vio dos carteles, uno que decía “Centro de Yoga Jardín de la Perfecta Felicidad” y otro enfrente que rezaba “Se traspasa”.

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El prodigio de Mendoza

Quiero inaugurar este blog con un autor que me ha marcado mucho. Con él he pasado muy buenos momentos desde que cayó en mis manos, de casualidad hace ya unos años, una de sus obras. A partir de ahí no he parado de leerlo. Posiblemente sea uno de los más grandes escritores de la literatura española contemporánea. Este no es otro que don Eduardo Mendoza.
La Ciudad de los prodigios es quizá su novela más importante y completa. Su estilo directo rebosa humor y sátira y hace fácil la lectura. Eduardo Mendoza en estado puro. Narra la evolución de la ciudad de Barcelona a través de una mezcla de géneros. No es una novela exclusivamente de comedia ya que añade tintes del género policiaco, histórico y costumbrista. Podríamos decir que el autor se disfraza de un Mario Puzo irónico “a la española” para contar la vida de Onofre Bouvila, un personaje de origen humilde que gracias a su ambición consigue ser una de las personas más influyentes del país.
Asistimos a las peripecias de Onofre, que llega a la gran ciudad con el objetivo de ganarse la vida a toda costa. Comienza su andadura como repartidor de propaganda anarquista, pero pronto gracias a su don de gentes y su escasa moral consigue escalar en el status social. A lo largo de su vida conocerá personajes cada cual más oscuros y extravagantes.
La acción se desarrolla entre dos Exposiciones Universales en una Barcelona que no puede considerarse como un escenario, sino como un protagonista más. Es una Barcelona provinciana que va cambiando hasta convertirse en una gran urbe gracias a la especulación y a la falta de escrúpulos de una sociedad que solo busca el bien personal.
Mendoza enlaza de manera excepcional la ficción con la realidad. Los personajes ficticios se confunden con los reales y viceversa. Durante la trama aparecen personajes históricos como Primo de Rivera o Alfonso XIII que participan de la acción como uno más. En ocasiones, Mendoza convierte la novela en una mera crónica al plantear datos concretos con una objetividad rigurosa. Por ejemplo, cuando habla del número de habitantes en Barcelona en 1887, simplemente se limita a exponer datos.
  
Cuatro pinceladas
Una frase: Primo no es mal hombre, pero es un poco tonto y como todos los tontos, suspicaz y timorato.
Un momento: Onofre a lo Vito Corleone durante la guerra contra la banda de Alexandre Canals i Formiga
Un personaje: El señor Braulio y sus pintorescos gustos
Una anécdota: En los primeros borradores de la novela, Onofre no era el personaje principal, sino un mero espectador de los hechos.
Después de este análisis, solo me queda recomendaros que leáis esta genial obra, sobre todo a aquellos aficionados a las novelas sobre mafias, pero esta vez con un toque cómico y de sátira. No os va a gustar, os va a encantar. Que no os asusten sus más de 500 páginas porque no reviste ninguna complicación. ¿Y que mejor que disfrutar aprendiendo? 

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